Esta fué una gran oportunidad de rescatar esas memorias, que de alguna u otra manera han moldeado la forma en que ahora como profesor y estudiante, participo de las prácticas de evalución. Fué, sin lugar a dudas, una experiencia que me ayudó a establecer los principios fundamentales que tienen que prevalecer en una edución para la vida y la sana convivencia.
Mi mejor experiencia de evaluación
Las exposiciones en clase de español con mi profesora Cristina Angulo. Descubrí que cuanto más críticas y profundas eran las preguntas mucho mejor los comentarios positivos de la profesora, y mucho más rica la discusión en clase y lo realmente bonito era que yo esperaba las preguntas de mis compañeros en mis exposiciones. Realmente me preparaba y esforzaba por dar lo mejor de mí. Desde ahí y hasta la fecha lo sigo haciendo y hay gente que le molesta ser cuestionado, pero bueno es algo que le agradezco a mi profesora porque aprendí a prestar más atención a lo que me rodea y a desarrollar una facilidad para establecer mis argumentos de manera asertiva.
Mi peor experiencia
En la universidad, donde mi profesor de fonética, que era muy bueno y conocedor, no tenía nada de pedagógico en sus evaluaciones escritas. Con decir que algunos compañeros, y mi persona llegamos a tener un -10 en una prueba corta, y algunos en una prueba final. Se preguntarán ¿Cómo? Pues muy fácil si identificábamos los fenómenos teníamos puntos por contestar y si no los identificábamos correctamente teníamos punto en contra. Básicamente el no estudiar y no contestar la prueba te dejaba con un -100 (por no contestar una sola pregunta correctamente) Era totalmente frustrante, perder una prueba por ese tipo de valoración. Especialmente cuando las pruebas eran extensas y no reflejaban el trabajo hecho en clase. Lo único bueno era que nos obligaba a estudiar el doble para no perder lo que tanto nos costaba obtener.
Estos dos eventos definitivamente moldearon mi vida como estudiante y como profesor. Ahora demando criticidad en mis estudiantes, les motivo a seguir adelante y a encontrar el gusto en lo que hacen y por otro lado evalúo estrictamente lo que estudiamos en clase y no penalizo sus errores, más bien los motivo a utilizarlos como aprendizaje. (Tal vez no sumaran puntos después de resolver la prueba, pero les enseñará que de los errores también se aprende)
Foro 3: Métodos y modelos de evaluación
¡Yo te voy componer!
Mi preocupación personal en este foro se establece desde una posición de utilidad consciente y práctica de la evaluación. El estudiante no puede ser intimidado por las diferentes prácticas educativas. El estudiante tiene que salir adelante de la mano de estrategias racionales y poco agresivas donde pueda ser protagonista del mundo que lo espera.
Según los argumentos planteados en los artículos sugeridos para ésta semana les quiero compartir la siguiente inquietud:
¿Cómo podemos hacer para que los profesores dejen de utilizar la evaluación como un método de castigo y penalización?
¿Podremos encontrar en los nuevos paradigmas tecnológicos, nuevas estrategias que faliciten la evaluación para la vida? Y de ser así, cuáles serían las características de esos nuevos procesos evaluativos?
Reflexión
Luego de la interacción que pudimos compartir con mis compañeros pude descubrir la importancia de realizar una evaluación no solo para una prueba; sino, para el diario convivir con las personas que me rodean. Los procesos de evaluación son todo un proceso que permite la contextualización de conocimientos y la autoevaluación de los mismos. Es sencillamente una nueva oportunidad para aprender.